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lunes, 10 de agosto de 2009

HiStoRia De AmoR - 3 -

Por fin sonó el timbre y todos fueron al comedor. Antes de que me diera tiempo a reaccionar ya tenía a mi querida amiga junto a mi mesa.
- ¡¿Pero tu has visto a ese chico?! ¡Es super guapo! ¡¿Cómo has podido tener tanta suerte de tenerlo al lado?! Me cambiaras el sitio, ¿verdad? - me solto en escasos segundos. Mi cerebro trabajaba mucho separando las palabras para poder entender lo que me había dicho. - Pienso pedirle su número de teléfono, su dirección y ¿quién sabe? Tal vez surja el amor... - terminó mientras daba giros felizmente sobre sí.

- Estás paranoica, Erika - dije burlona. Cojí el dinero y salimos de clase.
El comedor ya estaba lleno pero conseguímos una mesa libre y nos sentamos con nuestro almuerzo.
- Nuevo curso y la misma asquerosa comida. Espinacas, ¿es que hay alguien que se pueda comer esto? Desde luego que lo habrá, y después nos diran a nosotras "raritas"
- Pues a mi me gusta. - dijo con una de sus sonrrisas. Si Erika tenía algo que la hiciera especial, era su sonrrisa. También destacaba su amabilidad y comprensión. Algunas veces llegaba a ser algo cabezota pero su sonrrisa lo curaba todo. Era radiante.

- Tu ya eres rara, puedes hacer lo que quieras. - le repliqué entre carcajadas. Erika me dió un cate y luego se unió a mis risas.
- ¡Mira! ¡El chico nuevo está allí!- exclamó.
Me volbí para poder verle. Si, allí estaba, levantandose de la mesa rodeado de chicas de diferentes cursos. Pijas, canys, animadoras, etc. Al parecer todas se morían por el chico nuevo. Él hizo caso omiso y salió del comedor. Algunas chicas volbieron a sus correspondientes sitios, otras simplemente le siguieron con la esperanza de ser las conquistadoras del nuevo triunfito. Que típico... ¿Cuando aprenderán?
- Voy a ir a hablar con él, ahora vuelvo.- me dijo Erika mientras se escabullía por el burullo de gente.
- ¡Erika! No hagas tonterias no ves que... - intenté adbertirle pero ella ya estaba lo bastante lejos como para no escucharme.
Me quedé allí sentada. Almenos no estaba sola... me acompañaban mis queridas espinacas... Sonó el timbre y tiré esas hiervas verdes envenenadas a la basura mientras me terminaba mi refresco.
Volbí a clase.

Continuara ...

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