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jueves, 20 de agosto de 2009

HiStoRia De AmoR - 11 -

Cerré la ventana y miré mi cuarto. Me acordé de que puso algo sobre la silla del escritorio.
Fui a mirar que era. Mi mochila, genial... me había traido la mochila. Un detalle por su parte encargarse de ella todo el día.
Me tumbé en la cama y me puse a pensar mientras contemplaba el techo blanco.
"Pom, pom" llaban a mi puerta.
Entró mi madre y cerro trás de sí. Cojió la silla del escritorio y se sentó al lado de mi cama.
- Hola. - saludó. Estaba muy seria.
- Hola. - le devolbí el saludo.
- Me han llamado del instituto. Hoy has faltado a clases. ¿Puedo saber por que?
Mil escusas pasaron por mi mente en esos escasos segundos. Obté por la más creíble dado mi estado físico actual. Estaba pálida y tenía ojeras.
- Me encontraba mal. - mentí.
- ¿Qué te pasaba? - preguntó algo preocupada. Estendió su mano hasta mi frente para comprobar si tenía fiebre.
- Tenía mucha fatiga. Así que no salí de casa. Pero ya estoy mejor.
- Vale. No tienes fiebre así que solo descansa. - dijo mientras se levantaba. Abrió la puerta y se fue.
Me di la vuelta en la cama y simplemente intenté dormir.
Me levanté por la mañana y... el despertador no había sonado. Quedaban quince minutos para que empezaran las clases. Me levanté de un salto, me vestí y cojí la mochila. Salí corriendo sin tan siquiera desayunar.
Cuando llegué el maestro ya estaba en la clase. Me armé de valor y abrí la puerta.
- Señorita Alexia, ¡nos honrra con su presencia! ¿seguro que no prefería quedarse un poco más durmiendo? - dijo mientras me miraba con desprecio.
La clase empezó a reirse y pude oir como algún que otro chico me llamaba "pringada".
Me senté en mi sitio y quería que me tragase la tierra.
Miré a mi derecha. Erika estaba allí. miraba al frenté aunque probablemente no estaría atendiendo.
Ahora miré a mi izquierda. Victor estaba mirando por la ventana.
Era sorprendente como cambiaban las cosas en un día... como podían olvidarme las personas...
Lo soportaría, total, antes de conocer a Erika ... siempre estaba sola...
Pasaron las horas y porfin sonó el timbre del almuerzo.
Pude observar como Erika se levantaba y se dirigía a la mesa de su prima. Estubieron un rato hablando y finalmente salieron de la clase entre risas.
Victor fue detrás. Ni siquiera me miró, bien.
Cojí mi mochila y entoncés me acordé de que no había cojido el dinero para el almuerzo. Otra vez sin comer. Me moría de hambre. Llevaba dos días sin apenas comer nada.
Salí para dar un paseo.
Erika y sus nuevas amigas pijas estaban cerca de Victor. Me quedé por allí oculta para poder observar.
Erika le susurró algo a su prima y ambas soltaron una risita. Luego, agarradas por el brazo, se acercaron a Victor. Le dijeron algo y este les sonrrió. Estubieron todo el recreo juntos.
Victor estaba cumpliendo. Me alegro.
Yo volbí a clase y me puse a garabatear en mi libreta.
Así pasé el resto de la mañana.
Por fin sonó el timbre y volbí a casa.
Me acosté enseguida, solo quería dormir, dormir y dormir...

Continuará...

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